Impone su comercialización a través de distribuidores autorizados (a los que también vigila en las promociones).
La compañía de línea blanca Miele ha emprendido en Alemania (pero esto afecta a todos los países, en realidad, o cuanto menos a todos los europeos) una campaña no exenta de polémica y dudas: parece avalada por diferentes pronunciamientos de la Justicia Europea, pero no deja de resultar incoherente con otras políticas defendidas con anterioridad por las autoridades en este espacio económico.
En esencia, la clave de todo está en la política de distribución de Miele, que se basa en la restricción de la venta del producto limitándola a distribuidores autorizados. Solo los «partners» escogidos pueden ofrecer productos vinculados a su sistema de distribución selectiva. Esto afecta no solo a los aparatos sino a recambios y accesorios.
Hace unas décadas esto habría sido contrario a las leyes de defensa de la competencia, pero se está sentando una cierta jurisprudencia que ampara políticas de distribución selectiva orientadas a preservar, por ejemplo, la imagen de los productos y las marcas de lujo, si bien existe todavía cierta discusión teórica al respecto.
En cualquier caso, Miele está robusteciendo esa política y lanzando advertencias a los actores a los que descubre no solo vendiendo producto sin autorización, sino, aun siendo distribuidores autorizados, incumpliendo períodos de promociones especiales, por ejemplo prolongando sin permiso las fechas durante las cuales conceden descuentos.
Algunas de las actuaciones de Miele van encaminadas a obstaculizar la venta de sus productos a través de algunos operadores online. Por ejemplo, desde 1 de enero es oficialmente imposible vender Miele en Amazon. Sin embargo, ha detectado algunas ofertas en los marketplace online, tanto de Amazon como de los hipermercados Kaufland. A las compañías que ofrecían esos productos les ha remitido sendas advertencias.
Normalmente emplea esta argumentación:
- Miele no ha vendido producto a esos distribuidores no autorizados, y
- los autorizados tienen prohibido revender los artículos a otros minoristas...
- así que la única posibilidad —entiende— de que esos actores hayan podido conseguir los productos es que hayan efectuado reimportaciones no autorizadas al Espacio Económico Europeo, lo que también violaría los derechos de marca de Miele.