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¿Qué es lo que ha matado a Marsán Industrial? ¿Fue un mal cálculo... en medio de la crisis de la cadena mundial de suministro?

Han pasado ya casi dos meses desde la publicación de los autos relacionados con el concurso de acreedores de Marsán Industrial, SA, más conocida en el sector por su marca Haverland, muy identificada con radiadores de aceite y emisores térmicos. Pero a comienzos de junio se ha avanzado en la liquidación de la compañía.

En una breve secuencia, el mismo día de abril se publicaron el auto de declaración de concurso, el nombramiento de administrador concursal, el auto de apertura de la fase de liquidación, y la resolución sobre facultades de administración. Desde esa fecha, la sociedad con CIF A28555563 ha pasado de conocerse como Marsán Industrial, SA, a Marsán Industrial Sociedad Anónima en Liquidación.

La marca Haverland pertenece a esa misma sociedad anónima (no es un propiedad separada), por lo que se entiende que constituye uno de los activos a liquidar. El sitio web de Haverland continúa visible e imaginamos que activo, y remite a la sede de Marsán Industrial en Alcorcón, Madrid (Avda. S. Martín de Valdeiglesias, km. 2,2).

Sin embargo, si ustedes llaman al contacto, el teléfono comunica con Ecom Partners, SL, una sociedad creada en 2018 en Pozuelo de Alcorcón, que tiene un capital de 3.000 euros y en 2023 anotó un resultado negativo. Hemos intentado contactarla por esa vía, sin éxito. El administrador de esta razón social es otra sociedad (propietaria), Yulia y Ufem, SL, creada en 2012, con sede en Boadilla del Monte, Madrid, en la que todavía figuraba como administrador Joaquín Márquez Sánchez, fundador de Marsán Industrial.

  • Yulia y Ufem, representante de la familia del fundador, tenía un 51% de Marsán Industrial.
  • Las familias de sus dos hermanos, respectivamente Jutbasa Dirección y Gestión Empresarial, y Manaca Dirección y Gestión Empresarial, tenían cada una un 24,5%.

Las riendas del grupo las había asumido, Joaquín Márquez Borreguero, hijo del fundador, director general de Marsán hasta hace poco.

El fundador comenzó esta historia empresarial en 1971 con el nombre de Elaboraciones Mecánicas Marsán, un taller que fabricaba el entonces célebre encendedor para placas de gas Magiclick (que también tuvo otros usos más deshonestos descubiertos por el público, como el fraude en el pago de las llamadas telefónicas desde cabinas). Igualmente fabricaba bisagras para puertas de automóviles Simca (que ensamblaba Barreiros), y piezas para dos cooperativas que fabricaban radiadores de calefacción: Garza y Solthermic. Estas dos quebraron, y Joaquín Márquez compró su maquinaria.

Para todo esto cambió el nombre y la razón social actual (desde entonces Marsán Industrial, SA), que se convirtió en fabricante de radiadores.

Al cabo de un tiempo el fundador dio entrada en el capital a dos hermanos, pero manteniendo un paquete mayoritario. El año pasado Joaquín Márquez Borreguero recordaba que la marca original era Emma (Empresas rquez), pero el Registro de Marcas era por aquella época lento en sus gestiones, y año y medio después de haber aprobado la marca hubo una oposición de un fabricante cordobés que producía braseros eléctricos con esa marca (Emma). Fue el propio Registro el que ofreció marcas alternativas disponibles. Una de ellas fue Haverland. Marsán la compró, en 24 horas pudo comercializarla, y así el mercado creyó que trataba un fabricante extranjero, con una marca que luego resultó fácil de exportar, por su sonoridad internacional. También ha utilizado las marcas Markesit y Lodel.

Desde los años 90 del pasado siglo, Marsán Industrial dejó de ser un fabricante integral, para pasar a ensamblar componentes importados... complementados con artículos comercializados completos. Así pudo también entrar en nuevas líneas, particularmente ventilación y aire acondicionado portátil.

Ignoramos las causas exactas de la entrada en crisis de Marsán Industrial, que ha desembocado en el concurso de acreedores con liquidación. Sí que es conocido que la empresa sufrió una saturación de existencias por sobreabastecimiento preventivo tras la crisis de la cadena de suministro de China, post-pandemia. Ese exceso de inventario coincidió con un período de inflación de producto y encarecimiento de costes de energía, y un deterioro de la demanda en mercados de exportación para Haverland a raíz de la guerra de Ucrania. La empresa recortó gastos y rebajó precios para deshacerse de mercancía.

No habiendo sido publicadas las cuentas de 2024, sabemos que al menos de 2018 a 2021 los resultados fueron positivos, destacando ese último año con un notable beneficio. En ese mismo año la facturación alcanzó también un récord de 17 millones de euros.

Las ventas disminuyeron al año siguiente a 14,8 millones, y en 2023 a 10,4.

Pero la caída del resultado fue superior, bajando a una pérdida en 2022, y un pequeño beneficio de 20.200 euros en 2023.

Como decimos, la empresa presentó concurso de acreedores en abril. El director general era un hermano de Joaquín Márquez Borreguero, por tanto hijo también del fundador, de nombre David. Y el administrador concursal, Francisco Javier Díaz Gálvez de la Cámara (de Abencys Reestructuraciones).

La historia completa, del Magiclick al final de Haverland, ha durado 54 años.

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