Web Analytics

Aunque la resaca post-Covid del mercado de electrodomésticos era previsible, la evolución real de las cosas pilló a Miele por sorpresa.

De las dos familias propietarias de Miele (los Miele y los Zinkann), los primeros suelen ocuparse de ingeniería y fábricas y los segundos de aspectos comerciales y de gestión. Desde hace años, la voz visible de la empresa alemana es Reinhard Zinkann, gerente. La pasada semana, la revista berlinesa Focus publicó una entrevista con el mismo, quien dijo que, después de haber contenido el descenso de ventas en 2023, de 5.400 a casi 5.000 millones de euros, en el presente ejercicio la empresa confía en volver a superar ese umbral de 5.000 millones, y más adelante volver a crecer, pero no porque las cosas sean fáciles.

«Después de tres años consecutivos de crecimiento extremadamente fuerte, también nosotros hemos sentido la caída mundial del mercado de electrodomésticos, que continúa hasta el día de hoy». Aunque se sabía que el «boom» de ventas de línea blanca post-covid terminaría, la evolución real del mercado «cogió a la empresa por sorpresa». Los desafíos para una firma alemana de electrodomésticos eran (son): «Consumo lento, inflación, cambios en los tipos de interés, crisis energética y de la construcción. Al mismo tiempo, nuestros costes siguieron aumentando. Así que teníamos que actuar».

Actuar. Y lo hicieron. En febrero informamos en Market Visión de la impactante medida adoptada, de trasladar la producción de lavadoras de Gütersloh (Alemania, en una sede con fuerte significado histórico para el grupo) a Polonia.Zinkann explica ahora que «apoyamos a Alemania como sede. La mayoría de los electrodomésticos que Miele produce siguen procediendo de nuestras ocho sedes alemanas. Más de 10.000 de nuestros 22.000 empleados actuales siguen trabajando aquí. No están previstos más traslados más allá de lo que se ha anunciado hasta ahora».

Sin embargo, en junio el sindicato IG Metall, mientras negociaba el convenio colectivo en Alemania, se mostró pesimista. En efecto, Zinkann tiene razón al decir que son «más de 10.000» los empleados en Alemania. Pero eso es después de que a primeros de junio la empresa anunciase que eliminaría 1.300 de los 11.700 puestos de trabajo en el país.

De esas 1.300 bajas, 700 corresponden al traslado de capacidad a Polonia. Las 600 adicionales se eliminarán en todas las operaciones alemanas, tanto en ventas como en producción y administración.

© MARKET VISION


Cron Job Starts