Cuando un medio echa el anzuelo con estos trucos produce náusea. Que no sea un medio profesional del ramo no es excusa. Y, francamente, ya cansa.
Perdonen, pero los que llevamos años intentando practicar el periodismo desde una visión rigurosa y honesta de la profesión (y de la vida) llevamos años sintiendo repugnancia por los modos que actualmente proliferan, y que hacen sonrojar. Algunos, literalmente, indignan.
Ciertamente, ahora periodista es cualquiera, pero también los periodistas «titulados» llegan al oficio con una enorme falta de conciencia profesional, orientados a cumplir lo que se les ordena: captar lectores.
Cuando la prioridad es aumentar las «métricas» de la información («todo por un click»), el o la pobre «plumilla» (o tecladillo) se ve forzado a redactar de manera tramposa. Acabamos de leer así, en un medio deportivo (esa es otra: qué hace un diario de deportes hablando del comercio de electrodomésticos), que asistimos a un «Adiós a una conocidísima marca de electrónica y electrodomésticos: echa el cierre y sus competidores ya se frotan las manos». Imaginas que se te ha escapado una noticia importante para nuestro sector y descubres que se refieren al cierre del Fnac del Triangle de Plaza Cataluña de Barcelona.
- En primer lugar, eso no es noticia, pues hace más de un año que el proyecto es público y notorio (y la redactora lo reconoce en el interior de la noticia: «Hace pocos meses también tuvimos la noticia de que otra emblemática tienda de la capital catalana se preparaba para bajar la persiana, aunque todavía sin una fecha ni decisión definitiva tomada por el momento»).
- Por otro lado, el cierre es en realidad un traslado a otro local próximo (de esto no dice nada). Así que el alarmismo y la triste tragedia no son tales (pero la redactora dice que «a veces no hay más remedio que aceptar la realidad, y es que las cosas no duran para siempre»).
- Por último, decir que «los competidores se frotan las manos» es una estupidez, pues alude a que otras «marcas ya le han echado el ojo a este local. Entre ellos, aseguran, estaría la marca de Amancio Ortega, Inditex». Cosa que tampoco es nueva, y por otro lado las tiendas de moda de Inditex no son competidoras de Fnac.
La redactora añade con calzador una brevísima mención que nada tiene que ver, aunque se trate de otro comercio de electrodomésticos. Un parrafito para señalar que «la tienda de la cadena Boulanger, conocidísima en Francia y que incluso patrocina al Olympique de Marsella en la Ligue 1, baja la persiana en Estrasburgo». Vale, pero ¿tiene conexión con lo anterior?
En realidad, todo es un mal refrito de otro texto del también pésimo Huffington Post. Y lo malo es que este es un modo de actuar cada vez más frecuente, que incluso contamina a medios serios.
Probablemente muchos clicks, buenas métricas, pero una basura informativa. Como dirían los latinos (aunque hoy poca gente entiende eso) «oh tempora, oh mores» (oh tiempos, oh costumbres). Perdonen este desahogo, pero en materia de medios y periodismo hace tiempo que hay prácticas de éxito que atufan.
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