Polonia, preocupada por la caída de la producción de Whirlpool en las plantas del país.
Ya hemos informado del visto bueno que la UE ha dado a la absorción de las actividades de Whirlpool Europa por la sociedad mixta de Arçelik y Whirlpool denominada Beko Europe, en la que Arçelik tendrá un 75% del capital.
No solo Arçelik se ha mostrado satisfecha sino que, muy en particular, Whirlpool ha expresado su alegría, resaltando que la transacción, que afecta a cerca de 20.000 empleados y una decena de fábricas en Italia, Polonia, Eslovaquia y Rumania, ha sido aprobada «sin condiciones», es decir, sin exigencias de que se modifique el perfil industrial ni comercial dentro de la UE.
Como ya dijimos también, la operación no está de todos modos despejada, a la espera de lo que diga el Reino Unido, cuyo mercado es demasiado importante para las partes implicadas. Si la autoridad de la competencia británica, que podría extender hasta marzo del año próximo su actual investigación, fuerza a las partes a efectuar concesiones que reduzcan su hegemonía en el mercado, todo el acuerdo se podría ir al traste. Así se ha comentado «sotto voce» en los círculos económicos italianos durante las semanas últimas (y ya se sabe que Whirlpool Emea tiene su cuartel general en Italia).
En un orden diferente, ya se sabe que Italia informó hace meses que aceptaba la operación pero se reservaba el derecho a ejercer la «Golden Power», en el sentido de poder bloquear en el futuro eventuales cierres de fábricas y /o despidos de empleados en Italia.
Ahora se ha sabido que en Polonia hay cierta preocupación en el mismo sentido, ya que la actividad industrial de Whirlpool en las plantas situadas en el país se ha reducido a causa de la contracción del consumo en Europa.
© MARKET VISION