El peso de la fuerza laboral de la compañía en Reino Unido sobre el total de empleados en el mundo bajará en cinco puntos.
En 2019 publicamos una noticia titulada: «Dyson deja de ser británica». Por supuesto, era un titular periodístico. Pero encerraba una verdad. Dyson era una empresa de ingeniería que creaba productos cuya fabricación encargaba a terceros. Y lo hacía todo desde el Reino Unido. Por esas fechas anunció que montaría una fábrica de automóviles en Asia, concretamente en Singapur. E inmediatamente comunicó que también se llevaba la sede social a esa ciudad-Estado. La razón esgrimida: que la mitad de su negocio estaba en Asia.
Con ese motivo surgió la pregunta de su mantendría su centro de ingeniería en Wiltshire, Reino Unido. Se dijo que sí. Y entonces añadimos por nuestra parte (Market Visión) que «andando el tiempo, todo se verá».
Cinco años después, Dyson acaba de anunciar que suprime más de la cuarta parte de los puestos de trabajo con que cuenta en Gran Bretaña.
Hoy en día, de los 15.000 trabajadores que emplea en el mundo, unos 3.500 están en suelo británico. Va a despedir ahora a un millar. Todavía le quedarán 2.500, que supondrán algo menos de un 18% de la fuerza laboral total (cinco puntos menos que hasta ahora).
El fundador del grupo, James Dyson, es, además de inventor y empresario, un inglés euroescéptico que hizo campaña por el Brexit, algo que en estos momentos prácticamente todo el mundo considera que fue un gran error para el país.
Su mayor éxito fue la invención de la aspiración con separación ciclónica, que permitió lanzar aspiradoras sin bolsa. También tuvo algún fracaso, como un proyecto de lavadora que no funcionó. En cuanto al automóvil, el proyecto fue abortado antes de llevarse a la práctica. Si lo hubiese lanzado, habría sido (quizá) un rival de Tesla, y James Dyson habría sido homologado con Elon Musk (probablemente).
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