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El último dueño de la compañía coreana, que había renunciado a la licencia de la marca, no logró con su nuevo nombre consolidar un proyecto.

No habíamos dado cuenta de ello todavía, a pesar de que la información procede de finales del primer trimestre. Sin embargo, ha seguido originando noticias estas semanas, de orden judicial-administrativo.

Es un triste final para la antigua Daewoo, que desde 2020 se denominaba Winia, primero con un cambio de marca, después con la modificación también de la razón social.

En efecto, Winia Electronics Iberia, SAU, con sede en Barcelona, presentó concurso de acreedores de los que actualmente empiezan a conocerse como «de carácter terminal».

Como algunos recordarán, antiguamente existía la figura de la suspensión de pagos, orientada a proteger a la empresa en dificultades y preparar un plan de pagos, y también la de la quiebra, que conllevaba la liquidación de la compañía. Todo estaba en función del ratio activo/pasivo exigible. Luego apareció, en la práctica, la extraña figura de la «quiebra con continuidad». Y finalmente la legislación cambió y dejó de haber quiebras y suspensiones de pagos, para convertirse todo en concursos de acreedores, con un análisis de la viabilidad y el establecimiento de un plan de futuro.

El actual adjetivo de «terminal» no es en sí mismo una figura jurídica sino un calificativo de brocha periodística. Se aplica a los concursos de empresas sin viabilidad, que van a la extinción.

Ese es justamente el caso de Winia, prácticamente sin activos, y con pasivo prácticamente incobrable de 5,6 millones de euros, cuya extinción ha sido decretada el 1 de julio.

La solicitud de concurso se produjo a finales de marzo, la declaración en dicho estado es de mediados de mayo, y el desenlace es de ahora mismo, aunque era predecible dada la situación de la compañía.

Hasta el concurso de acreedores, en que fue nombrado un administrador concursal, el director general seguía siendo Eduardo del Amo Zubeldía, quien había estado al frente de la sociedad desde sus primeros tiempos (bajo Daewoo), en diciembre de 1991. Más de 32 años.

Como se recordará, Daewoo fue un gigante surcoreano de la electrónica, rival en notoriedad con sus compatriotas Samsung y LG. Internacionalmente, su lema «Daewoo, that's who» se hizo famoso. El grupo operaba en línea marrón y gama blanca, y que llegó a montar una fábrica de grandes electrodomésticos en las inmediaciones de Vitoria. El grupo entró en crisis financiera en 1999 y pasó a manos de un consorcio de acreedores, fundamentalmente bancarios. En 2010 este lo vendió a al grupo iraní Entekhab, aunque el acuerdo fue cancelado por cuestiones legales, y tres años después la empresa fue adquirida por el coreano Dongbu Group (DB), que a su vez lo vendió en marzo de 2018 al grupo Dayou, también conocido como Winia Group, del mismo país. Este quiso relanzar Daewoo bajo el lema «Make it Easy» (hazlo fácil), con un cambio de marca (por expirar la licencia que tenía para Daewoo), adoptando el nombre Winia, y procediendo también a una mejora de posicionamiento.

En España, en los últimos cuatro años redujo capital dos veces.

La crisis de Winia no es exclusiva de nuestro país. El pasado mes de diciembre, Winia Co. (Corea del Sur, cabecera de las operaciones en gama blanca), comenzó a buscar nuevo dueño tras presentar concurso de acreedores. No tenemos noticia de que haya encontrado candidatos. Su propietaria, Dayou Winia, es especialista en componentes para automoción. Entró en el sector de la electrónica adquiriendo Winia Mando en 2014, y en electrodomésticos en 2018, comprando Dongbu Daewoo Electronics. Ahora ha decidido abandonar por completo esta actividad.

 

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