Escarlata Loncán sale de la compañía tres años y medio después de su nombramiento como directora general.
Para quien haya vivido los años de gloria mundial del grupo sueco Electrolux, que en los años 80 del pasado siglo dio un gran salto tras adquirir la italiana Zanussi, y que posteriormente entró en los EEUU comprando White, la trayectoria reciente puede resultar un poco triste.
En los últimos meses hemos visto la frustrada posibilidad de caer bajo el control del grupo chino Midea, esta primavera, o incluso, según se publicó en Italia, del también chino grupo Haier, a la vuelta de las vacaciones de agosto, y finalmente con decisiones internas de reducción de perímetro, proyecto de desprenderse de marcas juzgadas no esenciales (entre ellas, Zanussi) y vender fábricas asociadas a las mismas... y por último, una magna reorganización de la que dimos cuenta a finales de octubre en Market Visión (Electrolux anuncia una reorganización mundial con 3.000 despidos).
Esta última implicaba recortar y reagrupar líneas de producto y áreas de negocio. Tal como resumió la propia Electrolux, «la nueva organización consistirá en dos líneas de producto mundiales, tres áreas de negocio regionales y cuatro funciones globales, todas ellas informando directamente al CEO».
Desde el 1 de noviembre ya son efectivos los cambios en líneas de negocio, reducidas a dos: «Taste» y «Care» (muy grosso modo, lo relacionado con cocina y lo relacionado con lavado, pero también con limpieza), que tienen sus respectivos responsables mundiales. En lo que se refiere a las áreas de negocio regionales, los cambios entrarán en vigor el 1 de enero, que ya está a la vuelta de la esquina. El mayor es la reagrupación de Europa, África, Oriente Medio y Asia-Pacífico, por lo que dos grandes áreas (Emea y Apac) se reúnen en una sola. Por último, las cuatro áreas de función globales son Operaciones, Tecnología y Sostenibilidad, Legal/IT y Personas y Comunicación. Lo que conlleva mayor centralización de tareas.
Ya se informó en octubre que esto implicaría despedir a 3.000 personas. Y ello sin contar con los eventuales cierres de plantas que todavía puedan estar por decir y, en consecuencia, por presupuestar. En Italia, por ejemplo, todo el otoño se viene hablando de las dudas de los trabajadores sobre el futuro de la gran fábrica de Porcia, a pesar de que el cierre de la planta del mismo producto en Hungría le ha reportado una recuperación de capacidad.
Por lo que atañe a España, donde Electrolux tuvo una presencia destacada tanto industrial como de mercado, las fábricas de Fuenmayor (Rioja) y Alcalá de Henares (Madrid) se cerraron ya hace tiempo (mucho, en realidad, Fuenmayor en 2006, Alcalá en 2010). Quedan las operaciones comerciales. Pero la dirección de estas pasará en breve a llevarse desde Italia, junto con la de otros países que se reagrupan.
Lo que esto ha comportado es el cese de Escarlata Loncán como directora general de Electrolux para Iberia, cargo que asumió en junio de 2020. Llevaba más de treinta años en el sector de los bienes tecnológicos de consumo, desde su nombramiento como directora de Márketing en Nintendo en 1990, con especial peso en su trayectoria de la etapa en que fue, durante casi 19 años, directora general de Dyson Spain, a cuya introducción y crecimiento en el país contribuyó de manera decisiva. Después de Dyson estuvo brevemente en una firma de asesoría y cazatalentos, antes de incorporarse a Electrolux.
Por otro lado, nacida en marzo de 1963 Escarlata Loncán estaba en edad próxima a la jubilación, especialmente en los grupos multinacionales, en los que es frecuente que los miembros de la alta dirección se retiren a los sesenta años. De hecho, la propia Escarlata Loncán confesaba hace meses en una entrevista que era consciente de «hallarse en la última etapa de su carrera».
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