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Surge interés por quienes han descubierto, con cierto escándalo, que no se suprime, de verdad, el IVA (y técnicos de Hacienda lo corroboran).

En las últimas semanas se han publicado artículos de redactores bisoños que han descubierto que los «días sin IVA» son días de descuentos, que no suprimen en realidad el IVA (un impuesto obligatoriamente aplicado a cualquier transacción), sino que rebajan el bruto antes de IVA.

Esto, que en Market Visión ya lo hicimos ver hace muchos años (cuanto comenzó esa práctica promocional), ha sido descubierto con cierto escándalo por parte de algún nuevo periodista. Nosotros lo señalamos en su día para señalar que eso no era un uso riguroso del lenguaje. Pero en los casos recientes se apunta a que los comercios estarían cometiendo un fraude publicitario, un engaño al consumidor.

Quizá esto es lo que explica que, después de años de consolidación de esa práctica comercial de rebajas, sea ahora cuando técnicos de Hacienda, agrupados en el sindicato de técnicos (Gestha), hayan decidido pronunciarse ante los medios de comunicación, en declaraciones solicitadas (precisamente, o así es probable, a raíz de esos artículos mencionados).

Lo que ha dicho el secretario técnico de Gestha es que los días sin IVA son un ejemplo de publicidad engañosa, ya que no se retira el IVA sino que aplica un descuento, «que además no suele ser del 21%, sino de poco más del 17%». Esto último es una pequeña bobada con ánimo de retorcer las cosas. Los escandalizados de ahora advierten que no se descuenta un 21% sobre el PVP final (IVA incluido) sino sobre la base imposible (como es lógico), resultando un importe de descuento diferente al que se sugiere. Esto ya lo dijimos aquí hace tiempo, pero no parece que deba constituir un gran escándalo.

En fin, a los lectores profesionales de Market Visión estas cosas les sonarán a precisiones pertinentes pero no fraudulentas. De todos modos, no son para tomar en saco roto. Se está propugnando la especie de que al consumidor se le facilita publicidad engañosa y que (quizá esto es más importante) que se «mina la conciencia tributaria». Es decir, que se insinúa falsamente que es posible quitar, a voluntad, y desde el comercio, un gravamen obligatorio. Y que eso incita a la defraudación fiscal. Cuestiones de lenguaje.

© MARKET VISION


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