China reduce las exportaciones de materiales en los que es proveedor mundial dominante.
Hace ya unos cuantos años, el líder que más abrió China a las relaciones económicas internacionales, Deng Xiaoping, declaró a un mandatario occidental que otros países tienen sus ventajas de diverso orden, pero que China tiene «tierras raras». Estas son diversos elementos raramente encontrados en forma pura, y en su mayoría escasos, muchos de los cuales presentan características que las hacen particularmente interesantes en tecnología electrónica. También cuenta con otros minerales escasos, igualmente fundamentales para el mercado tecnológico.
Dos de estos minerales, el semimetal o metaloide germanio y el metal blando galio se emplean en chips informáticos, paneles solares y otros productos tecnológicos. China es el mayor productor mundial de ambos materiales, obteniendo el 60% del germanio y el 80% del galio. En julio exportó respectivamente poco más de 8 y de 5 toneladas de semielaborados. En cambio, en agosto no exportó absolutamente nada. Ello se debe a que el Gobierno ha introducido controles a la exportación de minerales estratégicos, en lo que se estima que es una represalia contra las restricciones de EEUU a las importaciones de productos tecnológicos chinos «sensibles». Esto fue inicialmente recibido como un riesgo para las industrias tecnológicas mundiales, por la escasez de materiales que podría generar. Sorprendentemente, los precios de dichos materiales no se han disparado. El del germanio ha subido solo ligeramente, el del galio ha disminuido de forma notable, cosa que se debe a la contracción de la demanda, en particular en el mercado interno chino, que parece encaminarse hacia una recesión.
Por otro lado, la industria de otros países está estudiando la posibilidad de modificar sus cadenas de suministro (China es el mayor productor, pero no el único), al tiempo que se intensifican los trabajos de desarrollo para intentar sustituir estos materiales por otros que tengan características de comportamiento parecidas, y que estén disponibles en otros países. Esta tendencia podría observarse en el futuro también en lo que se refiere a las tierras raras (escandio, itrio, o la familia de los lantánidos).
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