La tendencia comenzó a cambiar en el mes de abril, apuntando a un crecimiento a partir de agosto.
Las ventas de línea blanca en España, en entregas al canal, tal como las controla la patronal Applia, han vuelto a crecer en diciembre, mejorando el acumulado anual (con respecto al que se arrastraba hasta noviembre) en una décima por lo que respecta al volumen y en tres décimas en el dato en valor.
El acumulado de doce meses hasta diciembre, que, por supuesto, es también el dato del año completo, arroja un crecimiento de +2,76% en unidades y de +1,94% en valor.

Hay que señalar que durante la mayor parte del año los acumulados han sido negativos, hasta arrojar un comportamiento prácticamente plano a la altura de septiembre, y pasando ya a anotar cifras positivas en cada uno de los meses del T4.
A destacar, también, que durante el primer trimestre se mantuvo la diferencia a favor del dato en valor (es decir, que el mercado descendía menos en euros que en unidades), una característica destacada a lo largo de muchos meses y, concretamente, a lo largo de todo 2023.
Durante el año se ha venido formulando en el sector la pregunta de si esto se debía a una corrección de la inflación de meses anteriores (es decir, a una deflación actual), o a una reorientación del cliente hacia modelos más baratos. Ha habido respuestas para todos los gustos, pero se ha sugerido en el sector que habrían intervenido ambas cosas: reorientación del consumidor hacia productos más económicos… acompañada (e incluso espoleada) por la aparición en el mercado de producto de marcas emergentes o en proceso de «adquisición de cuota», con modelos equivalentes en categoría y prestaciones pero más baratos, ya sea por disponer de una fuente de origen más económica (procedente de países costes de producción inferiores) o por una renuncia a márgenes de beneficio para tomar posiciones o aumentar participación en el mercado… o ambas cosas.

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