Retirado ya hace diecisiete años, es hora de despedirle con honores, por haber sido, junto con otros líderes de entonces, un arquitecto del sector.
Humberto Martínez
Director
Hay personas que fueron grandes en el sector pero de las que quizá nos hemos olvidado con el paso del tiempo. Y es lógico y natural que así sea. Generaciones jóvenes nunca los conocieron, y generaciones intermedias quizás no retuvieron recuerdos. Por último, tratándose de jubilados, quizá los jubilados lo tengan en su memoria, y algunos de estos también han fallecido. En fin, déjennos publicar aquí una nota escueta, en la confianza de que el lector, aun si no llegó a conocerle, sepa valorar este recuerdo.
Miguel Arellano Pérez, una auténtica referencia en BSH y en el sector de línea blanca, ha fallecido en el día de hoy. Nunca le preguntamos su edad, pero se jubiló el 31 de diciembre de 2007. Sí, hace ya diecisiete años. Si lleva usted quince años en el sector, no lo habrá tratado nunca, así que no se preocupa si no le sonaba el nombre. Mañana, día 24 de diciembre, a las 9:30, tendrá lugar la ceremonia en el tanatorio Torrero de Zaragoza.
Miguel Arellano fue director de ventas casi «vitalicio» del grupo BSH, procedente ya de la antigua Balay, en la que fue mano derecha del también fallecido Fernando Gil Martínez (padre del actual director general de BSH, Fernando Gil Bayona).
Miguel Arellano fue uno de aquellos directivos que contribuyeron a construir un sector. Literalmente.
Cuando se jubiló escribimos en Market Visión que cerraba «una trayectoria particularmente brillante». Y añadimos:
«Comenzó su carrera en Balay a finales de los años 60, y una de sus primeras misiones fue abrir para la marca el mercado de la zona Norte, concretamente el País Vasco. Con el tiempo se convirtió en una referencia de autoridad para sus clientes, al que la distribución ha escuchado siempre con respeto a la hora de decidir y pactar políticas comerciales. Se le considera una de las personas que mejor conocen el sector, y con mayor enfoque a las políticas de crecimiento con rentabilidad».
Fíjense en ese comienzo profesional, «abriendo el mercado del Norte». En aquellos años sesenta, en que todo comenzaba para los fabricantes españoles de línea blanca, abrir regiones dentro de España era como ahora salir a exportar. Balay era de Zaragoza, y salir al País Vasco era como hoy es montar una delegación en Alemania.
Por cierto, Miguel siempre recordaría que su entrada en el País Vasco, en automóvil, con su familia, fue como para asustar a cualquiera: le paró la guardia civil y casi lo encañonó con un subfusil por la ventanilla abierta al tiempo que le pedía la documentación en un control de carretera. ETA ya existía desde finales de los 50, pero hasta 1968 no cometió su primer asesinato. Miguel Arellano no imaginaba que entraba en zona de guerra.
Arellano era natural de la localidad zaragozana de Tarazona, a muy escasa distancia de los límites de Navarra, La Rioja y Soria. Es casi fronteriza de las tres, a ocho kilómetros de la primera (Navarra) y a diez de la provincia de Soria. Por otro lado, se encuentra en las inmediaciones del Moncayo, la máxima altitud del sistema ibérico (2.315 m). y toda una referencia geográfica y cultural.
Hubo un tiempo en que en Balay (luego BSH) se bromeaba con la circunstancia de que sus dos directivos con mayor notoriedad comercial (Fernando Gil Martínez y Miguel Arellano) eran de Tarazona. «Eso marca», decían. Y añadía alguno: «si no eres de Tarazona, no tienes nada que hacer aquí». Obviamente era una broma.
Arellano hizo, pues, tándem con Fernando Gil Martínez y, más tarde, con José Longás (también fallecido, hace tres años).
Cuando Arellano se jubiló, le sucedió como jefe de Ventas de Línea Blanca en BSH Fernando Gil Bayona, quien hasta entonces era director de Grandes Cuentas. Hoy, Fernando Gil es el director general de BSH.
La hija de Miguel, Sandra Arellano Sánchez, trabaja también en BSH España desde hace cerca de veintisiete años. Después de haber sido «trade manager» y jefa de cuentas clave, actualmente es jefa de Ventas de las marcas Gaggenau y Siemens. Desde aquí, un abrazo para ella y el resto de la familia de Miguel, en este momento difícil.
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