Miele ha batido varios récords históricos.

El entorno ha sido muy desafiante, pero la compañía ha cosechado éxitos importantes.

Al finalizar el pasado año, la compañía alemana de electrodomésticos Miele tenía su mayor plantilla histórica, con 23.322 empleados. Ocurría en el cierre de un ejercicio que también ha sido remarcable por anotar un crecimiento de dos cifras a despecho de un año complicado, batiendo así récords en fabricación y entrega de productos.

Después del pico de consumo en 2020 y 2021 por efecto de los confinamientos de la pandemia, la demanda disminuyó en 2022, acentuada por la crisis de la guerra en Ucrania (que comportó el cese de operaciones en Rusia, excepto para la división de tecnología médica), y por la continuidad en los abastecimientos de la cadena de suministro.

A pesar de ese adverso contexto, y de que en el mercado interno alemán «solo» creció un 5,6% (hasta la cifra de 1.470 millones de euros), en el total Miele elevó sus ventas en un 12,2%, hasta los 5.430 millones (4.840 millones en el año anterior).

Las mayores alegrías las proporcionaron la Europa del Este, los mercados asiáticos (incluyendo China), pero también algunos países-cliente tradicionales, como Australia, Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos. Ninguna mención a España, Portugal o Italia.

Los productos de mejor comportamiento fueron los de cocción, lavado y lavavajillas. Por primera vez en su historia, la fabricación anual de lavadoras, y la de lavavajillas, de Miele superó el millón de unidades.

La división profesional (para lavanderías y restauración, así como tecnología médica y para laboratorios) aumentó ventas en un 10,3%.