Desvía todas las rutas del Canal de Suez a Sudáfrica, tras confirmar la inseguridad del paso de Bab-el-Mandeb.
Fuimos de los primeros en informar que los incidentes en el estrecho de Bab-el-Mandeb, que proporciona acceso al Mar Rojo (y desde él al Canal de Suez) podrían tener efectos sobre la cadena de suministro de los bienes tecnológicos de consumo. Transcurridas unas semanas, esto se confirma.
Como se sabe, fuerzas hutíes (Yemen) patrocinadas por Irán están atacando buques mercantes en ese estrecho, dentro de lo que califican como represalias por las actuaciones de Israel en Gaza. Uno de los principales transportistas mundiales de carga por barco, Maersk, ya anunció que modificaría sus rutas para evitar ese paso marítimo, y Electrolux e Ikea, entre otros, montaron equipos de crisis para evaluar el impacto de esos cambios.
Al finalizar la primera semana de enero, Maersk confirmó y acentuó su decisión, al indicar que desvía todo ese tráfico por el Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), para bordear todo el continente, lo que alarga notablemente las rutas hacia Europa, con el correspondiente incremento de costes y demora en el tiempo de entrega.
Este comunicado, del 5 de enero, se produjo después de que el 31 de diciembre un buque de Maersk se viera atacado por embarcaciones hutíes, que abrieron fuego contra la nave. Esta respondió al ataque con disparos de un equipo de seguridad contratado por Maersk, que viaja en sus buques, y pidió ayuda al Comando Central Naval de los EEUU, país que lidera una fuerza multinacional (en la que España ha rehusado participar), que despachó unidades que hundieron a tres de las cuatro embarcaciones atacantes.
Como la situación en la zona permanece lejos de la necesaria seguridad y estabilidad, Maersk ha tomado esta decisión de cambiar la totalidad de sus rutas, por tiempo indefinido, y ha advertido de la posibilidad de que se produzcan interrupciones en las cadenas de suministro mundiales.
Las cosas empeoraron incluso la semana siguiente, es decir, la semana pasada. El viernes y el sábado, días 12 y 13 de enero, fuerzas estadounidenses y británicas bombardearon posiciones militares hutíes en el Yemen, relacionadas con la capacidad de ataque de estas a buques mercantes.
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