Los respiradores defectuosos contribuyeron a las pérdidas de Philips en el semestre.

El segundo trimestre ha sido algo mejor para la compañía, en ventas y resultado económico.

El lector de Market Visión ya conoce por un lado la baja relación de Philips en la actualidad con el electrodoméstico, tras haber vendido la mayor parte de sus negocios del ramo a otros actores, dedicándose actualmente a la explotación de los derechos de la marca (salvo un pequeño negocio directo en pequeño aparato).

Su actividad principal en la actualidad es la de los equipos de electromedicina. Y el lector también sabe que ahí ha experimentado un problema por los defectos de equipos para la apnea, unos respiradores cuyo amortiguador de ruido, a base de espuma de poliuretano, puede degradarse y convertirse en una sustancia cancerígena. Es este problema, detectado en 2021, causante de una demanda colectiva en tribunales, el que más ha perjudicado a sus cuentas de los últimos meses. El coste de retirar los respiradores del mercado, y de indemnizar a los demandantes, asciende a más de 680 millones de euros, que han sido cargados en el primer semestre. También se han aplicado cargos de reestructuración para financiar 6.000 despidos anunciados a comienzos de año.

Las ventas de Philips crecieron un 6,7% en el semestre, gracias a un aumento del negocio de equipos para diagnóstico. Las ventas de Salud Personal bajaron un 2%. El resultado económico fue una pérdida de 591 millones de euros, frente a números rojos por 171 millones en igual período del año precedente.

Dentro de eso, el segundo trimestre fue algo mejor en cuanto a ventas, y definitivamente mejor en el resultado, positivo por 74 millones.