Los ingresos de la cadena minorista aumentaron un dígito alto, y el beneficio creció más.
El lunes de la semana próxima, día 16 de octubre, se cumplirán 10 años desde la traumática crisis de Fagor Electrodomésticos, que en 2013 presentó pre-concurso de acreedores y acabó concursando y disolviéndose. No debe confundirse con la actual operadora de la marca Fagor, denominada Electrodomésticos Iberia, SL, filial del grupo polaco Amica, que emplea la marca Fagor bajo licencia de Fagor S.Coop.
Con motivo de ese décimo aniversario, en medios vascos han comenzado a aparecer artículos que evocan aquellos sucesos, al tiempo que resaltan la buena salud de un movimiento cooperativo que, aquel año, parecía en cuestión. No en vano Fagor Electrodomésticos era la cooperativa que estuvo en el origen de todo el movimiento, y la de mayor notoriedad.
Estos días, Grupo Fagor, que es una subagrupación de cooperativas dentro del gran grupo Mondragón Corporación, ha informado que cerró el pasado año 2022 con ventas por 1.819 millones de euros (+15% sobre 2021) y un beneficio de 46 millones. Y ha vaticinado nuevos crecimientos para el año en curso, hasta unas ventas conjuntas de más de 2.000 millones de euros y un crecimiento del 25% en el beneficio neto.
Algunas de las ocho cooperativas integrantes tienen relación con el sector del electrodoméstico, ya sea porque fabrican electrodomésticos industriales (para colectividades), ya porque producen componentes para el mismo (y para otros sectores).
Esas ocho cooperativas son Fagor Ederlan, Fagor Arrasate, Fagor Industrial, Fagor Electrónica, Fagor Automation, Copreci, Mondragon Assembly y Galbaian. En ellas trabajan 4.276 socios cooperativistas y 7.289 asalariados.
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