De momento sigue adelante en televisores y línea blanca, lo que sentaría un precedente para otros países (salvo que se tumbe también).
El ministerio francés de Transición Ecológica (una cartera que inspiró la creación de un ministerio similar en nuestro país) había anunciado que impondría un índice de durabilidad para los smartphones, del mismo modo que para otros electrodomésticos. Por el momento, el proyecto de implantar un índice de durabilidad para lavadoras y televisores, entre otros productos, sigue en marcha (ya veremos por cuánto tiempo), pero el de los smartphone acaba de abandonarse. Esto es así siguiendo las advertencias de la Unión Europea, que, haciendo caso a los fabricantes de telefonía, ha reconocido que semejante índice, lanzado por Francia sin consultar al resto de la Unión, fragmentaria el mercado único interior europeo. Adicionalmente, juzga que la exigencia de un indexado de durabilidad recargaría los costes de los operadores económicos y añadiría confusión entre los consumidores.
Esta etiqueta de durabilidad debía a introducirse ya el pasado 1 de enero, como sucesora de la etiqueta de índice de reparabilidad. Por el contrario, los smartphones sí que deberán llevar en toda la UE desde 2026 una etiqueta de clasificación energética, al igual que ocurre con el resto de dispositivos electrodomésticos.
La pregunta, ahora, es si el proyecto francés de índice de durabilidad, para otros electrodomésticos, podrá seguir adelante. Porque es evidente que los mismos criterios que han tumbado dicho índice en smartphones son aplicables a cualquier dispositivo: fragmentación de mercado interior, coste y confusión.
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