Despejado el horizonte financiero del grupo Teka, a cinco años.

Hace diez días se acordó la renovación de créditos para un plazo de cinco años, sin apenas exigencias.

A comienzos de la semana pasada se supo, a través de algunos medios con información privilegiada (en especial «El Confidencial», que ya se hizo eco el pasado martes), que Teka ha logrado refinanciar una parte de su deuda, después de un proceso de negociación que en algún momento pareció un tanto correoso, y con dificultades para alcanzar un acuerdo. Este se firmó el viernes 7 de julio. El presidente de Teka, Arturo Baldasano, dijo que las negociaciones fueron «difíciles y tensas, con muchos intereses en juego».

La mayor parte de la deuda, de 700 millones de euros, proviene de créditos de 2013, cuya última refinanciación se obtuvo en 2020. Tocaba renovar una línea de 160 millones, de créditos sindicados por Santander, BBVA y CaixaBank (Sabadell también formaba parte del sindicato anterior pero se ha descolgado del préstamo). El plan estratégico, con sus previsiones de beneficios, no se había cumplido, y de ahí los tiras y aflojas en las condiciones para la renovación.

Después de sucesivas prórrogas, ahora se alcanzado, como decimos, el acuerdo, por cinco años, sin apenas modificar condiciones, manteniendo el diferencial respecto al Euribor (sumando 325 puntos básicos), lo que actualmente lo deja en un 7,25%. Se contemplan compromisos relacionados con existencias y tesorería, y posiblemente la venta de algún activo, aunque no se exigen aportaciones de capital del propietario, la firma alemana Heritage B.

Cabe añadir, como ya hemos informado en otras ocasiones, que uno de los elementos de mayor distorsión en las cuentas lo generaba la filial de barriles de cerveza Thielmann (se dice que es el mayor del mundo en la especialidad), con fábricas en Granada, que se vio fuertemente afectado por la disminución del consumo de cerveza «de grifo» en bares durante la pandemia, pero que evidentemente ha recuperado posteriormente actividad. 45 de los 160 millones ahora refinanciados son precisamente créditos solicitados durante la pandemia por ese motivo, avalados por el ICO.

Por tanto, la actividad en electrodomésticos no se veía afectada por esta perturbación. Aunque es obvio que el grupo en su conjunto sufría tensiones que ya han sido resueltas, con un horizonte financiero despejado a cinco años.