El fabricante alemán y las tiendas belgas toman medidas ante las dificultades en el mercado de cocina integrada.
Que una cadena belga de tiendas celebre consejo extraordinario y decida abandonar el negocio de mueble de cocina puede no parecer importante. Pero es un síntoma.
La cadena Krëfel, fundada en 1950 y en la actualidad perteneciente al grupo United.b (titular de cadenas como Electro Dêpot y Boulanger), ha decidido prescindir de 15 establecimientos de cocina equipada (que venden mueble además de electrodoméstico), con despido o recolocación de 41 empleados, para concentrarse en el corazón de su actividad, que es el electrodoméstico puro y duro. Dice adiós, por tanto, al mueble.
Ha sido una decisión casi de urgencia: había que tomar medidas. A fecha de hoy, Krëfel dispone de 73 puntos de venta y emplea a más de 1.200 personas. El mueble, por tanto, era «pecata minuta» dentro del total.
El caso de BSH en Baviera es diferente, aunque la causa puede ser la misma. BSH Hausgeräte tendrá a su plantilla de la fábrica de Traunret, de electrodomésticos de encastre, trabajando a jornada reducida a partir de noviembre, y posiblemente durante dos meses.
No es una gran reducción, puesto que trabajará de lunes a jueves, y esto es algo que en España, por ejemplo, se ha aplicado con frecuencia, dentro de un marco de flexibilidad.
Lo llamativo es que, según se explica, ello se debe a la atonía del mercado inmobiliario. No se venden viviendas, no hay nuevas cocinas que equipar. Podríamos añadir nosotros que, por otro lado, parece que ¿tal vez tampoco hay movimiento en el mercado de reformas? Aunque en un país donde la vivienda de alquiler tiene más peso que en España, es verosímil que la obra nueva sea la que del mercado de cocina equipada.
La reducción de jornada afecta a unas 1.500 personas.
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