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El mercado interno le está funcionando mucho mejor que Europa, pero eso va a cambiar a corto plazo.
A diferencia de lo que ocurre en Europa y, muy en particular, en Alemania (tal como ya informábamos auer), las cosas van relativamente bien en el mercado turco de electrodomésticos, según el director ejecutivo del grupo turco Arçelik (Beko), Hakan Bulgurlu. En el T3 las ventas de Arçelik aumentaron un 121% en su mercado interno, aunque, traducidas de liras turcas a euros, anotaron un descenso del 37%, según cálculos de Financial Times.
Como se sabe, antes de su reelección en mayo, el Gobierno del presidente Erdogan estuvo practicando una política económica heterodoxa, que alimentaba una fuerte inflación. Bulgurlu cree que los consumidores han adquirido electrodomésticos «como reserva de valor» ante la inflación, es decir, para adelantarse a subidas de precios.
Aunque el Gobierno ha comenzado a «enfriar la economía» mediante una reforma que comprende aumentos en impuestos y tasas de interés, el mercado se mantiene «sorprendentemente bien», según Bulgurlu. Pero Arçelik es consciente de que a corto plazo sobrevendrá una «gran desaceleración», que asume como un mal necesario para tener una economía más sana en su conjunto.
Por el momento, ya ha servido para que Arçelik se atreva a emitir un bono por 400 millones de dólares en septiembre. Es la primera empresa no financiera del país que coloca un bono en mercados internacionales desde enero de 2022. El importe del bono equivale, aproximadamente, a algo más de la mitad de la facturación del grupo en un trimestre.
En los últimos tiempos, la política económica heterodoxa de Turquía había alejado del país a los inversores internacionales.
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