En el MWC se vieron las grandes tendencias, de este cuasi-pornográfico mundo móvil.
En el mundo de los smartphones todo es desesperado anhelo por conocer no la ultimísima noticia confirmada sino el rumor, por lo que el género informativo más habitual es de tipo bloguero, dando cuenta de filtraciones interesadas que pretenden crear clima. La presunta expectación de los consumidores por las pulgadas que va a tener la próxima pantalla de un determinado smartphone, o su grosor o peso, o chip, o píxeles de la cámara... llega a extremos increíbles.
---Debe reconocerse que pionera y maestra en este arte ha sido desde sus inicios la firma Apple, precisamente la gran ausente eterna del MWC. Pero en la actualidad la superan otras marcas, quizá incluso hasta un punto de agotadora saturación.
En todo caso, ese nivel de expectación ayuda a mantener el negocio, y da brillo a grandes actos de afirmación sectorial como es el MWC. La pregunta es qué ocurrirá cuando el móvil no sea tan «glamouroso» como en la actualidad, y los presupuestos de marketing se reduzcan. Así se viene amenazando ya en el entorno de Samsung, donde se afirma que esa partida de presupuesto se está comiendo los sustanciosos márgenes del mundo móvil. Ahora bien, los directivos de Samsung deberían preguntarse si, cuando la inversión en marketing cese, ese renglón de producto seguirá en rendimientos positivos.
El «Mundo Móvil» sigue siendo uno de los capítulos estrella en el mercado actual de las tecnologías de consumo, y el MWC constituye una clarísima manifestación de ese esplendor.
En esta última edición, celebrada en Barcelona del 24 al 27 de febrero, han tomado parte más de 1.800 expositores en la enorme superficie de exposición del recinto de Fira de Barcelona – Gran Vía, así como en el viejo recinto de Montjuic, donde el MWC se celebraba hasta hace dos años, y que ha sido recuperado para un evento complementario. Y se ha recibido a una cifra récord de visitantes, más de 85.000, procedente de 200 países.
A menudo se olvida que el MWC es lo que indica su nombre, un Congreso Mundial de (telefonía) Móvil, y eso es así porque la feria es tan grande que toma una entidad propia, casi dominante. Pero lo importante es el resultado combinado de la oferta ferial y de la información que se comparte en el congreso, y por supuesto de los eventos que las grandes marcas organizan en paralelo.
Máximo exponente de esa vertiente fue este año el gran encuentro de Samsung en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona, donde la noche del 24 de febrero «desempacó» ante unos 4.000 asistentes el nuevo Galaxy S5. Sin embargo, lo más atractivo para todo el mundo en esa presentación no fue el teléfono móvil en sí mismo, sino el reloj de pulsera Gear 2 y la pulsera Gear Fit, últimos llegados al gran ecosistema de la galaxia Samsung, y que se inscriben en ese vasto campo que ahora se abre de los «wearables».
Nadie sabe bien cómo traducirlo. Literalmente serían «vestibles», algunos los llaman «ponibles», otros «llevables», y hay quien opta por describirlos como «accesorios tecnológicos». Ciertamente, a efectos técnicos son pulseras y relojes, y estos, como los collares, se consideran accesorios de moda; pero proporcionan interacción con terminales móviles de los que son esclavos, y a partir de ellos nos informan de las comunicaciones entrantes, o a través de ellos envían información sobre nosotros (dónde estamos, cuáles son nuestros parámetros fisiológicos).
El de los «vestibles» es un mundo tan nuevo que sólo cabe entrever sus posibilidades. Después de haber hecho irrupción en el CSE de las Vegas este mes de enero, han tomado carta de naturaleza en el MWC de Barcelona, y la propia organización lo ha ratificado al conceder al Samsung Gear Fit el título de «Mejor Dispositivo Móvil» presentado durante el Congreso Mundial del Móvil.
No nos olvidemos, sin embargo, de una línea de desarrollo que está pasando más inadvertida pero que resulta muy prometedora: la incorporación de tecnología NFC («near field communication», o comunicación de campo próximo), que entre otras cosas permitirá avanzar más en el pago por móvil. Una aplicación interesante es la de la descarga de tarjetas de embarque para avión (o billetes de ferrocarril) en archivos que quedarán alojados en la memoria del móvil y serán compartibles con las unidades lectoras o receptoras, incluso si el móvil está apagado, cosa muy útil en los desesperantes casos en los que has perdido batería o cobertura y no eres capaz de mostrar el código de barras o QR recibido de la aerolínea.
Muy relacionado con esto, también, estamos viendo multiplicarse iniciativas en el ámbito de la seguridad, con distintas formas de reconocimiento de la identidad del propietario, quizá la más habitual la de huella dactilar, pero con otras posibilidades en competencia. Vaya, que el mundo del móvil sigue apuntando líneas de futuro desarrollo, manteniendo su capacidad de sorprendernos con nuevas funciones. Lo iremos desgranando a lo largo del año.
[Publicado en MARKET VISION Suplemento 209 — abril 2014 ].©