Este comercio de una localidad de Pontevedra quiso dar a conocer su negocio de productos con tara, e ideó una fórmula original y eficaz.
No es la plantación de algodón de Tara, en el estado de Georgia, que aparecía en el idílico comienzo de «Lo que El Viento se Llevó». Esta Tara es, exactamente, lo que significa en castellano según el diccionario, en una de sus acepciones: «defecto o mancha que disminuye el valor de algo o de alguien».
Todos conocemos el mercado de nicho para electrodomésticos golpeados. Pues bien, «Tara Markt» es una tienda de electrodomésticos con desperfectos; solo que, escrito así, prácticamente parece un competidor de MediaMarkt, en nivel pequeño.
Tara Markt es el nombre comercial del negocio de un autónomo, Roberto Basteiro Pensado, que tiene una tienda en el 69 de la avenida de Santiago, en A Estrada, provincia de Pontevedra.
Que sea un pequeño empresario no impide que pueda tener ideas brillantes de márketing. Y, de hecho, las tiene. Como ofrecer gangas con descuento del 99%, o, expresado de otro modo (aunque quizá el porcentaje fuese entonces diferente, pero a estos efectos no importa), «productos a un euro».
La promoción la llevó a cabo el penúltimo fin de semana de septiembre, el sábado 21 y el domingo 22, abarcando todo el abanico de productos disponibles en la tienda, desde lavadoras hasta espejos, o también sofás, puesto que Tara Markt vende electrodomésticos y muebles.
Ojo, Roberto Basteiro no se volvió loco, ni pensó por un momento en que arruinarse en una promoción fuera buena idea. Fíjense en la brillante astucia: en horario de 11:30 a 14:00, y de 14:00 a 20:00, cada media hora los dependientes modificaban el etiquetado de los productos, de modo aleatorio. Durante esa media hora, algunos de ellos pasaron a costar tan solo un euro. Los clientes debían buscarlos por toda la tienda y, si los encontraban, debían quedarse al lado del producto y reclamar la atención del vendedor. Una vez verificado, le bastaba con pagar un euro para llevarse a casa su hallazgo (si el producto era voluminoso, podía pasar a recogerlo otro día, o solicitar su entrega por el servicio de transporte de la tienda).
El propósito de esta acción, que entrañaba un juego de búsqueda, era dar a conocer la actividad de la tienda. Esta ofrece artículos con pequeños defectos a precios muy rebajados, pero en ocasiones no capta la atención de los consumidores, quizá por desconocimiento. Un ejemplo es el de los frigoríficos a 700 euros que en el mercado cuestan (sin taras) más de 1.200. Eso supone un descuento de más del 40%. Y el producto funciona igual de bien que otro aparato nuevo, con la única diferencia de ese defecto o mancha que simplemente supone una molestia estética.
Para consumidores prácticos, ¡perfecto!
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