El grupo sueco cierra una fábrica de frigoríficos en Europa y aumentará producción en otra.
El grupo Electrolux está aplicando en Europa una reorganización práctica de sus actividades productivas, que se va conociendo a través de sucesivos anuncios parciales, aunque se inscriben en una «revisión» generalizada de operaciones que ya había avanzado hace meses (la cual contemplaba una reducción de empleo estimada en 4.000 puestos de trabajo).
De este modo, en febrero anunció que para comienzos del año próximo, 2024, cerrará la fábrica que posee en Nyíregyháza, Hungría, dedicada a la producción de frigoríficos. Actualmente da ocupación a unas 650 personas. Se la considera una fábrica «gemela» a la que posee en Susegana, Italia, que tradicionalmente ha sido una de las mayores plantas de frigoríficos de Europa.
Ahora acaba de conocerse que el grupo sueco prevé invertir una fuerte suma precisamente en Susegana para la producción de frigoríficos de encastre. A ese fin ha convocado a los sindicatos a una reunión en la que deberán discutirse las condiciones de esta inversión y, presumiblemente, los compromisos laborales que pueda comportar.
Electrolux ha comunicado que puede aumentar la producción anual de frigoríficos en ese centro de Susegana a 1,1 millones de aparatos, y de hecho esa es su intención, y lo hará creciendo en productos de gama alta y encastre, porque entiende que los de libre instalación y gama media no proporcionan rentabilidad suficiente, habida cuenta de que la participación de mercado del grupo en esas franjas es cada vez menor y ni los precios ni los volúmenes son satisfactorios.
El propósito es aumentar producción (con una tercera línea dedicada a ello) y ventas de frigoríficos sobre la plataforma «Génesis», que ya está obteniendo buenos resultados, al tiempo que optimizará flujos logísticos y de aprovisionamiento, y modernizará el equipamiento tecnológico.
Todo ello con una inversión de 110 millones de euros.
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