El mismo principio podría inspirar el éxito absoluto en la última ventana de adhesión.
El pasado viernes, 25 de octubre, informamos consecutivamente de las dificultades que Fnac Darty estaba experimentando para cerrar la compra (en OPA) del líder italiano de la distribución de electrodomésticos, Unieuro, y del feliz resultado de la operación, salvada durante la última semana de vigencia de la OPA y, más concretamente, cerrada con éxito con las adhesiones del último día.
El DG de Fnac envía un mensaje de satisfacción.
El mismo viernes, Enrique Martínez, director general de Fnac Darty, difundió un videomensaje de minuto y medio grabado en teléfono móvil, que comenzaba dando las buenas noches en italiano («Buona Sera») y continuó en francés, expresando su contento por poder comunicar la superación del 70% de las acciones de Unieuro al cierre de la OPA, y anunciando que muy pronto comenzará a trabajar en la integración de los equipos y en el impulso a los planes de negocio de la compañía italiana adquirida. Confirmó a su vez que reabrirá un segundo período de oferta entre el 4 y el 8 de noviembre (como ya habíamos anticipado en Market Visión), para brindar a quienes no se acogieron a la OPA antes de su cierre una segunda oportunidad de acogerse en iguales condiciones.
Finalizó el mensaje de nuevo en italiano, expresando a los equipos de Unieuro su voluntad de encontrarse pronto con sus gentes a fin de discutir sobre el futuro de la empresa.
La semana de «pájaro en mano».
Parece que lo ocurrido fue que en la última semana, después de una reacción extremadamente tibia durante casi dos meses a la oferta lanzada por Fnac-Darty, a los accionistas de Unieuro les entró el temor de que Fnac-Darty pudiera alcanzar el umbral de dos tercios en el capital de la empresa, que le permitiese la mayoría suficiente para acordar la exclusión de la compañía en bolsa.
Todo el mundo sabe que no es sencillo vender los títulos de una empresa entre particulares, sobre todo si no se hace entre tenedores de grandes paquetes. Cuando, mediada la pasada semana, se supo que Fnac-Darty había logrado más de un 40% de las acciones, y aunque le faltase mucho todavía para lograr esa mayoría suficiente, muchos inversores se apresuraron a apostar por lo que podríamos calificar como «pájaro en mano».
Invitación a entrar, antes de la exclusión en bolsa.
Es ese mismo temor el que hará que, según confía Fnac-Darty, pueda animar al resto de accionistas a acogerse a la breve reapertura de la OPA pensada para la semana próxima. Quizá anime incluso a los herederos del fundador de la cadena, que se habían mostrado muy fríos ante la OPA.
Ya se sabe, además, que en este tipo de sociedades no resulta difícil al accionista mayoritario expulsar a los pequeños accionistas si estos deciden continuar: basta con aprobar una modificación del capital para que, si los viejos accionistas no pueden acudir a una ampliación, queden reducidos a la mínima expresión.
Por tanto, la semana próxima es posible que asistamos a las consecuencias finales de un temor que ya es el que habría movilizado las adhesiones en la recta final de la OPA la semana pasada. Es lo que podríamos calificar como el efecto de «tonto el último».
© MARKET VISION