Teka despejó su horizonte financiero, y la banca da sugerencias.
Durante la primavera surgieron varias noticias sobre la refinanciación de la deuda del grupo Teka, que algunos medios tomaron de forma alarmista y otros de modo más sereno y también riguroso. El mayor «problema» en la negociación lo aportaba la incertidumbre sobre el negocio de barriles de cerveza, desempeñado por otra sociedad del grupo (Thielmann), que no tiene nada que ver con el electrodoméstico, que sufrió durante la crisis de la pandemia cuando nadie iba a bares, y que tenía un préstamo del que era indispensable alargar el plazo de vencimiento. Thielman aporta un tercio de la facturación del grupo, que en 2021 (las cuentas del 22 todavía no han sido publicadas registralmente) fue de 700 millones de euros, cien más que el año anterior. El mismo anotó pérdidas por algo más de medio millón de euros, reduciéndolas notablemente desde los 60 millones del año anterior.
La deuda total del grupo asciende a 239 millones de euros, de los que 115 corresponden a un préstamo sindicado que obtuvo en 2013 y que fue renovado en 2019 y 2020. Este año ha sido también renovado por cinco años más. Lo mismo ha conseguido Teka con el préstamo ICO de 45 millones logrado durante la Covid-19. Con lo que se despeja el capítulo financiero al menos hasta 2028.
La pasada semana, una información del diario económico Cinco Días apuntaba a la posibilidad de que la banca acreedora promueva un cambio en el accionariado. El propietario de Teka es la patrimonial alemana Heritage B. Se sugiere que podría invitarse al mismo a que venda sus títulos (esto quizá sea una hipótesis fantasiosa) o que al menos abra el accionariado a nuevos inversores que refuercen su capital. Se apunta asimismo que podría haber otros fabricantes rivales que podrían estar interesados, pero de momento tampoco pasa de una mera especulación de tablero de juego.
Aparte de los barriles de cerveza, las actividades principales de Teka están ligadas al mundo de la cocina, con electrodomésticos y fregaderos. El centro de producción original de la compañía, en el barrio de Cajo en Santander, está en regulación de empleo hasta 30 de junio de 2024, por un máximo de 32 jornadas de afectación, y solo para acomodar el ritmo de trabajo a las oscilaciones de la demanda. Por otro lado, eso afecta únicamente a fregaderos. La actividad industrial de Teka en España se encuentra en Zaragoza.
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