Y su objetivo es ambicioso y está cuantificado, para un plazo de cinco años.
En todas partes de Europa, el grupo chino Haier está proclamando a los cuatro vientos sus objetivos de rápido crecimiento en el mercado. También lo ha hecho recientemente en España. Pero lo que cuenta es el objetivo de conjunto.
Comprando Candy (con su útil industrial y sus marcas Candy y Hoover), Haier se colocó a sí misma en una posición mejor de lo que habría podido lograr en solitario. La adquisición se llevó a cabo en 2019, y supuso un desembolso de 475 millones de euros. Cuatro años después afirma estar en cuarto lugar por cuota de mercado, con una participación en torno al 8%. Para dentro de cinco años espera situarse en tercer lugar, doblando cuota, hasta tener un 16%. Exhibe una confianza enorme, que va acompañada de mucho empuje.
Afirma que en Europa Haier creció un 20% el pasado año, mientras que sus ventas en el país de la matriz, es decir, China, solo aumentaron un 4,6%. Esto no solo se debió a la debilidad del consumo en un año en que el país todavía aplicaba fuertes restricciones por Covid-19, sino al estancamiento del sector de la construcción de viviendas.
En Europa, a los directivos de Haier les encanta destacar que su crecimiento del 20% se produjo en un año en que la demanda se estabilizó o contrajo, según países. Además, ese dato de dos dígitos muy altos fue notablemente más alto que el mejor de los resultados de la compañía en cualquier otro mercado geográfico del mundo. Por lo que cabe imaginar que también se debe a un esfuerzo extraordinario de la empresa por impulsar dicho crecimiento a toda costa.
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