No parece normal que un perro encienda la vitro... pero a veces ocurre (y causa un incendio).

No es el primer caso, y llama la atención sobre los factores que posibilitan este tipo de sucesos.

Una noticia publicada por USA Today y otros medios informativos ha circulado en las últimas horas dando cuenta de un incidente ocurrido el 26 de junio, hace poco más de una semana. Básicamente es lo siguiente: en una vivienda de Colorado Springs, los dueños dejaron una caja de cartón encima de una placa vitrocerámica. Mientras dormían, el perro, curioso, se alzó de patas y olisqueó la caja. Con una de sus manos rozó el mando que ponía la vitro en marcha. Media caja estaba sobre una de las zonas, justo la que se accionó. Al cabo, el calor le hizo entrar en ignición. Un ventilador de techo estaba funcionando, y suministró oxígeno al fuego. Las llamas y el humo comenzaban a extenderse, cuando una alarma despertó a los dueños, que usaron un extintor para apagar el conato de incendio. Todo quedó grabado por una cámara interior de videovigilancia (de «smart home»).

Por cierto, también hemos podido comprobar que la alarma de incendios tardó bastante en avisar del problema. Mal asunto cuando tu cocina (y toda la vivienda) puede arder.

Este conato de incendio causado por un can no es el primer caso. Ni siquiera el único que ha sido grabado. Si arriba puede verse el reciente suceso de Colorado Springs, en este otro puede verse un caso muy parecido en Kansas City, ocurrido cuando los dueños estaban fuera del hogar. Los vecinos alertaron a los bomberos que apagaron el incendio. Esto ocurrió hace dos años.

Hay tres factores que contribuyen a estos casos:

1. la proliferación de mascotas, que tienen una normal curiosidad y que deambulan sin control,
2. el hecho de que las placas modernas se activen con facilidad, bastando solo con pasar un dedo sobre el lugar de la placa donde se encuentra el mando,
3. las pocas precauciones de los usuarios, que, entre otras cosas, no activan el bloqueo de seguridad

También cabría imaginar que sucesos como estos se evitarían si, al activarse la placa, por defecto (y sin lugar a error) se activase a temperatura cero, hasta que el usuario subiese al grado exacto la misma mediante el cursor. En principio, así debería ser, pero los hechos muestran que no siempre ocurre de este modo.