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Un aparato y un edificio como de Halloween acabaron con un «despertar maligno».
Lo curioso es que estábamos en fechas próximas a Noche de Difuntos y Todos los Santos. Eso que ahora preferimos llamar a la americano-sajona como Halloween (All Hallows’ Day Even, o sencillamente traducido, «Víspera del Día de Todos los Santos»). La única diferencia entre los anglosajones y nosotros es que la Noche de Difuntos aquí fue tradicionalmente la del 1 al 2 de noviembre, y allí la del 31 de octubre al 1 de noviembre.
Imagínenselo, y es como de película de terror:
- Un edificio abandonado.
- Un electrodoméstico tan abandonado como el edificio, pero enchufado a la corriente, de una red que debía llevar años sin entregar watios.
- Una luz débil, un chisporroteo intermitente, un parpadeo creciente, un humillo que se enrosca.
- E imaginen que eso prende, de súbito, el fuego.
Dígannos si eso no es como de película de pavor, con un espíritu que merodea y provoca un siniestro.
Pues bien, es más o menos lo que debió de ocurrir en la tarde del domingo 29 de octubre en Betanzos, Coruña, en torno a las 17:00 horas.
Un inmueble con varios años de abandono, que almacenaba utensilios domésticos antiguos y en desuso, prendió en llamas. El responsable fue un aparato electrodoméstico viejo, enchufado. La estructura interior del edificio, en madera, facilitó la propagación del incendio. Fue en la plaza Enrique IV.
Se desplazaron al lugar tres vehículos de bomberos de Betanzos y uno de Arteixo. Las tareas de extinción duraron más de tres horas. Una dotación permaneció por la noche para vigilar que no se produjeran rebrotes.
Nadie resultó herido ni afectado personalmente. Solo fue un incendio fantasma en un inmueble abandonado, por culpa de un electrodoméstico poseído por un espíritu de pre-Halloween.
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