III Seminario Aecoc Electro: un día después del concurso de acreedores de Miró

Es el 19 de mayo, estamos en el hotel Mirasierra Suites de Madrid, y repetimos escenario para el acontecimiento que este año alcanza su tercera edición: el Seminario Electro de Aecoc,

—Sí, claro.

(Y es que me conoce y sabe cómo me las gasto, así que no me cree. Es escéptica. Lo que ignora es que ya le he oído unas cuantas veces, y por tanto no soy adivino, sino veterano).

«Debo decirles —comienza entonces— que existe vida después de mis conferencias».

—¡Anda!

José Luis Nueno, profesor de Marketing del IESE, asesor de empresas, escritor y conferenciante, es la estrella de hoy, dentro de un apretado panel de ponencias. Es el 19 de mayo, estamos en el hotel Mirasierra Suites de Madrid, y repetimos escenario para el acontecimiento que este año alcanza su tercera edición: el Seminario Electro de Aecoc, verdadero Punto de Encuentro del Sector de Electrodomésticos y Electrónica de Consumo.

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Nueno es la estrella, porque es el experto en distribución de gran consumo, y viene a hablarnos de las «Claves de la gestión en entornos de baja demanda». Sin embargo, el día es complejo. Ayer se supo, pero con incerteza sobre la veracidad de la noticia —que en la primera conferencia de esta mañana se acrecienta al decir algunos ponentes que la cosa está por confirmar—, que la cadena vertical Establecimientos Miró ha presentado concurso de acreedores.

Durante la mañana hierven los teléfonos móviles. Market Visión, que emitió ayer la noticia en una Alerta electrónica rápida, rigurosa y ponderada, tiene un oído puesto en las conferencias y otro en los mensajes informativos que van y vienen. A media mañana se hace eco, en otra Alerta, de las dudas que abriga el sector sobre la noticia de Miró. En el Seminario están numerosos máximos directivos de la industria y del comercio. Son dudas que exponen personas con autoridad y peso en el sector.

Un directivo de una asociación patronal decide despejarlas presentándose en el Juzgado Mercantil Número Uno de Barcelona, a fin de comprobar si hay concurso o no. La mañana termina y, antes de la sesión de tarde, almorzamos en una sala del hotel. Al salir del almuerzo se va corriendo la voz: está confirmado, Miró ha presentado solicitud de concurso de acreedores.

Algunos tienen pintada en el rostro la decepción. Confiaban en que el asunto se redujera a una llamada informal a proveedores y bancos para arreglar la situación mediante alguna breve moratoria y quizá alguna línea financiera adicional.