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Un vistazo a la IFA, feria internacional de electrónica y electrodomésticos, cinco meses antes de su celebración (del 6 al 11 de septiembre en Berlín).

La historia de las conferencias de prensa internacionales e itinerantes para anunciar la IFA de Berlín, con cuatro/cinco meses de antelación respecto a la fecha de cada convocatoria, comenzó hace ocho años en Atenas, y posteriormente ha seguido un recorrido mediterráneo, con estancias en Montecarlo, Mallorca, Malta, Benidorm y Dubrovnik, sólo interrumpido el año en que un volcán islandés en erupción se empeñó en dificultar el tráfico aéreo sobre Europa. Y este año ha recalado, en la segunda quincena de mayo, en las proximidades de Cagliari, capital de Cerdeña (Italia), siempre buscando el mejor lugar para dar cabida a varios cientos de periodistas de todo el mundo, puesto que además de Europa llegan de las Américas, África, Asia y Oceanía.

Sin duda es una liberalidad con la prensa y un gasto promocional importante, pero la IFA ha alcanzado con esta y otras iniciativas un grado de internacionalidad realmente asombroso para una feria en la que, y a pesar de la presencia de multinacionales que ya hacían allí presentaciones con vocación de eco mundial, todavía hace diez y quince años seguía conteniendo un número importante de stands en los que no atendían más que en alemán, puesto que muchos de sus expositores llegaban con la mente situada en el plano más estrictamente local.

Hoy ya estamos acostumbrados a que la IFA, cita privilegiada de la electrónica de consumo, tenga carácter anual, pero nos asombraría recordar que, antes de 2005, se convocaba cada dos años. Ya estamos igualmente habituados a ver en su recinto línea blanca y pequeño electrodoméstico, pero sólo fue en 2008 cuando estos sectores se incorporaron a una feria hasta entonces muy centrada en línea marrón.

El año pasado la feria iba a dar un salto importante en su dimensión internacional, con grandes esperanzas en la prevista apertura de un nuevo aeropuerto, que aumentaría el número de conexiones directas e indirectas de la capital de Alemania. Causas técnicas hicieron posteriormente demorar en más de un año la apertura de dichas instalaciones, que ni siquiera entrarán en servicio en 2013, pero ello no impidió que la feria siguiera incrementando sus cifras hasta alcanzar nuevos récords.

En su última edición, celebrada del 31 de agosto al 5 de septiembre de 2012, acudieron 142.300 visitantes del comercio, con un aumento del 7%, y más de 42.800 de los mismos procedieron de fuera de Alemania, con un incremento del 11%.

La precisión sobre los visitantes profesionales es importante ya que la IFA admite igualmente al gran público, mayoritariamente berlinés, aunque también del resto de Alemania y en menor medida llegado de Polonia y países vecinos. Contando a estos visitantes del público final, las visitas superaron los 240.000, un 1% más.

Un dato importante es que en los dos últimos años también ha crecido con fuerza el número de visitantes profesionales españoles, lo que significa que, a pesar de los problemas del país, el interés por tomar contacto con la innovación aumenta.

El número de expositores ascendió a 1.439, sobre un área de exposición de 142.200 m2, lo que también supuso crecer un 1,4% a pesar de que toda el área disponible estaba ya ocupada, y sólo fue posible crecer con instalaciones efímeras y aprovechando cualquier recoveco en pasillos; es decir, ejercitando enormemente la imaginación.

Por último, y aunque desde hace años nos parece a todos que en las ferias no se firman pedidos, sino que se toman copas y se intercambian tarjetas de visita, lo cierto es que en la IFA las partes realizan negocio; según las encuestas realizadas, el año pasado ocurrió así por valor de 3.800 millones de euros (+3%).

Ahora estamos en la senda para la edición de 2013, que se desarrollará en Berlín del 6 al 11 de septiembre.

En efecto, ésta va a ser la primera IFA en mucho tiempo que se celebre plenamente dentro de septiembre, incluso en la segunda semana, lo que constituye toda una novedad para unos alemanes acostumbrados a comenzar el show en agosto. No ha sido por casualidad. Jens Heithecker, director ejecutivo de la IFA, confirma, cuando le pregunto, que las fechas de este año han sido fijadas pensando «precisamente en su país, España, así como en Italia y Portugal». Heithecker dice que la IFA es consciente de que agosto es un mes vacacional en la Europa del Sur, «y por eso hemos determinado tener siempre al menos cinco días de feria dentro del mes de septiembre, para facilitar que los visitantes de estos países viajen a Berlín». Y este año, la única forma de tener cinco días es septiembre era trasladar todo el evento a la segunda semana.

Para presentar las líneas generales de esa próxima edición, los organizadores reunieron en Cerdeña a la prensa con los directivos de Messe Berlin y con diversos protagonistas de la industria, unos desde el campo corporativo-asociativo, otros para presentar sus casos empresariales singulares (básicamente tendencias de producto en su portfolio), junto con expertos de mercado que trazaron una semblanza del momento económico del sector. Una parte de la documentación obtenida se recoge en las páginas siguientes. El resto se encontrará en el próximo número de la Revista MARKET VISION.

Todo ese material de acompañamiento rodea a una feria que es el espejo del sector en el que se mueve. Aludiendo a algunas de las presentaciones de mercado vistas en el evento de Cerdeña, el director de Operaciones de Feria de Berlín (y próximamente primer ejecutivo o consejero delegado), Christian Göcke, aludió ante todo a la existencia de un mercado en transición. «Estamos viendo hoy mismo cambios más intensos que los que hemos visto a lo largo de los últimos seis años», y eso implica que la IFA ha de continuar creciendo no sólo de una forma orgánica sino dinámica, es decir, resiguiendo los cambios en los contornos del sector.

Lo que no significa que, adaptándose a los mismos, el crecimiento venga de forma automática. Entre otras cosas porque «los fabricantes ya están en la IFA, y en las actuales circunstancias de espacio disponible poco podríamos crecer ya». Aun así, crecerá: IFA 2013 será entre un 2 y un 3% mayor que el año anterior. La imaginación se ha esforzado todavía más para hallar lugares de exposición donde colocar stands. «La buena noticia es que en 2014 esas limitaciones de espacio se habrán terminado: en febrero finalizarán las obras del City Cube, un nuevo pabellón actualmente en proceso de edificación».

Algo importante ya para 2013 es el hecho de que muchos grandes fabricantes están finalmente ajustando sus ciclos de innovación y de lanzamientos a las fechas de la IFA. «Este año veremos más primicias de producto que nunca antes». El salón, por su parte, multiplicará el apoyo a nuevas plataformas de comunicación que surgen dentro del mismo, y que se integran por completo en la agenda ferial, desde los «media briefings» hasta el «show-stoppers» (una mini-muestra de puntos relevantes de la feria, donde se condensa toda la información caliente de la IFA).

Y ¿qué vendrá después?

«Whats’ Next?» —se preguntó Göcke—.

La respuesta es: «no sé cuál será el nuevo producto “smart” (inteligente) que conquiste el mercado, ni tampoco, obviamente, cómo será, pero de algo estoy seguro: tendremos que explicarlo al cliente. Y la IFA de Berlín está en la “pole position” como plataforma de contactos y comunicación, para cumplir ese cometido».

Göcke cerró su presentación mostrando un logotipo que parecía ser el sucesor natural del que ahora emplea, si bien no ha vuelto a verse en la documentación oficial del salón, por lo tal vez constituya una metáfora de cómo desea la IFA ser contemplada. La nueva imagen es el trazo rápido de una bombilla, y el siguiente texto: «Smart IFA since 1924»: una IFA inteligente desde el año de su fundación.


[Publicado en MARKET VISION Suplemento 204 — mayo 2013 ].

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