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La línea blanca Grundig no viene todavía a España. Pero es una muestra de lo que puede hacer.

Max Grundig fundó la compañía que llevaba por nombre su apellido en 1946 fabricando radios, y desde entonces se construyó un lugar privilegiado en el corazón del consumidor alemán, y posteriormente en el de otros países, con producto moderno y de calidad, diseñado para hace la vida de las personas más fácil y mejor, según evoca ahora la compañía.

Después de un complejo recorrido empresarial no exento de sobresaltos, fue absorbida por el grupo turco Arçelik, con intereses en línea blanca y electrónica de consumo, que le dio una nueva proyección, tanto en el mercado germano como en el internacional, trabajando en la actualidad en 65 países (y expandiéndose).

En Alemania, Grundig significaba dos cosas: electrónica de consumo y una marca entrañable… pero identificada como «la marca de mis padres». El lanzamiento de una gama de pequeño electrodoméstico, muy orientada a la belleza y el cuidado personal, le aportó un claro rejuvenecimiento. Y en 2013, con el lanzamiento de una línea de grandes aparatos de línea blanca, la marca completó su transición de la electrónica de consumo pura a la «electrónica para el hogar, literalmente para cada habitación de la vivienda».

Aunque de momento la línea blanca Grundig, que fue presentada oficialmente en una conferencia de prensa de la IFA 2013, no se comercializa en todos los países (y concretamente no se venderá en España), con esta gama queda claro que «lo que nos interesa no es la electrónica, sino hacer personas felices, y entregarles aquello con lo que sueñan», dijo Christian Struck, director de Gestión de Marca de Grundig, en una presentación realizada en el marco de la conferencia mundial para medios organizada por la IFA de Berlín este mes de abril en Turquía.

Lanzar gama blanca no era tan descabellado. Una encuesta realizada por Grundig entre consumidores en 2009 reveló que nada menos que un 17% de los alemanes identificaban a la marca, entre otros productos, con lavavajillas y encimeras, un 20% con lavadoras, y un 23% con frigoríficos. Grundig nunca fabricó ni vendió esos productos antes de 2013. Semejante asociación de ideas evidencia la fuerza que tiene la marca en la mente del consumidor. Y, con arreglo a esa información, ampliar el portafolio de grandes electrodomésticos no ha sido otra cosa sino una derivación natural.

En IFA 2014 podremos ver en el stand de Grundig, según el director de Calidad y Marketing de Producto, Marc Azad, no sólo línea blanca, por supuesto, sino electrónica de consumo avanzada. Cubre una amplísima gama, desde radios digitales hasta UHD (con resolución nativa Ultra High Definition, categoría bajo la que lanzará nuevos modelos de la gama Fine Arts, en 55 y 65"), con el foco puesto sobre la perfección en diseño y en calidad de vídeo y de sonido. A destacar el «smart audio», que implica «smart connections» (DB+, wifi, NFC, Bluetooth).


[Publicado en MARKET VISION Suplemento 210 — mayo 2014 ].

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