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Los hogares unipersonales mantienen alta la demanda incluso en países maduros y de regresión demográfica.

En el comportamiento de mercado de los electrodomésticos para el hogar inciden los cambios en dos áreas: los hogares, y los propios aparatos.

La composición de los hogares es un factor decisivo. Incluso en aquellos países donde disminuye la población, el número de hogares se mantiene o aumenta, por los cambios en los modos de vida. Como ejemplo quizá máximo, en Alemania el 40% de los hogares están habitados por una sola persona. Y cada uno de esos hogares tiene su pleno equipamiento de electrodomésticos.

GfK espera un crecimiento mínimo del 2% en el mercado mundial de grandes electrodomésticos hasta 2030. Incluso España, que en los mapas internacionales de GfK merece una atención especial por el fuerte declive de la actividad de construcción de casas (después de la burbuja inmobiliaria de los años 2000), GfK prevé una recuperación del mercado; y en los países ricos que ya tienen todos los electrodomésticos en casa se prevé igualmente una demanda importante, impulsada por la innovación y la eficiencia.

«Hace diez años —dice Friedemann Stoeckle, director mundial para grandes electrodomésticos y automoción en GfK Retail and Technology— pensé que la eficiencia energética estaba ya acabada como motor del consumo de grandes electrodomésticos, porque para entonces ya se habían alcanzado niveles de ahorro energético muy importante. Sin embargo, no fue así. Muchas partes del mundo sufren importantes problemas de polución del aire, causados por el consumo eléctrico… y por el modo en que se obtiene esa electricidad (centrales térmicas). Ya vemos programas de impulso a la eficiencia en China, y pronto los veremos en otros países». Es de observar que, a pesar de que prácticamente ya no se aplican programas de subvención de este orden, España sigue destacando por el crecimiento del 22,9% en la compra de electrodomésticos eficientes.

En otro orden de cosas, la demanda de electrodomésticos no es uniforme, en cuanto a modelos, en todo el mundo; y ni siquiera lo es entre los mercados más maduros. Por ejemplo, en los EEUU la cocina integrada (tan fuerte en Europa) no es relevante. Adicionalmente, la evolución de los modos de vida provocará cambios en las gamas ofrecidas al usuario. Si hay más hogares de una persona, y viviendas más pequeñas, se necesitan otro tipo de electrodomésticos. En el mundo de la cocción, las nuevas tendencias y el nuevo placer por cocinar animan a renovar los equipos.

En el capítulo de innovación, por tanto, el tamaño (la compacidad) será importante, al igual que la comodidad, el diseño y la conectividad. El consumidor es por su parte receptivo a la innovación, y aunque los ciclos recesivos frenan esa tendencia, en general se observa una mayor disposición a comprar «soluciones de valor añadido». Como consecuencia, el «premium» de precio del producto innovador se mantiene por más tiempo que hace unos años.


[Publicado en MARKET VISION Suplemento 210 — mayo 2014 ].

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