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Aumentó el número de visitantes profesionales y el público internacional. Y expusieron seis firmas españolas.

Salimos de una conferencia de prensa multitudinaria y nos dirigimos a otra que estará igualmente a rebosar. Sin embargo, las puertas del pabellón ocupado por Sony permanecen cerradas, y la muchedumbre se agolpa a sus puertas, paciente, a pesar de que la agenda de eventos es apretada, uno cada hora (y a veces varios simultáneos), y los lugares de encuentro están separados entre sí. Algo especial se cuece allá adentro.

Cuando abren, entramos con lentitud por el embudo del control de registro, mientras se va oyendo al fondo, en el interior, griterío en oleadas, como cuando las apasionadas de la moda liberan su histeria en un desfile de modelos en cuanto aparece sobre la pasarela una celebridad vestida de Chanel, o como cuando los niños ven a sus jugadores de fútbol favoritos saltar al campo, o las chiquillas alborotan por la llegada de Justin Bieber, o la afición hace la ola en honor a alguien.

¡Es el personal del stand, jaleándonos! ¡A nosotros, los periodistas! ¿Somos ahora los tipos importantes? ¿Nos hemos vuelto locos? ¿Halagan nuestra vanidad? ¿Nos toman el pelo?

Hace tiempo ya que las conferencias de prensa (y alguna vez lo hemos expresado) cambiaron de formato, de misión, de contenido. Y a veces se echa de menos. En la IFA de Berlín hubo una época de conferencias concentradas en el edificio de congresos ICC, anexo al recinto ferial, con las convocatorias repartidas por las salas de reuniones del edificio, y un formato clásico (en su mayoría) de exposición y preguntas. Un día, las preguntas desaparecieron, y los directivos adoptaron el papel de capitanes de empresa que buscaban adhesiones. Apostaron por el discurso como si fuéramos si fuerza de ventas.

Antaño a los periodistas extranjeros nos sorprendía que los periodistas alemanes golpearan la mesa con el puño aplaudiendo la intervención de directivos de Grundig o Telefunken. Hoy todo el mundo aplaude a dos manos a los líderes coreanos, japoneses, turcos, estadounidenses. Actualmente, además, las conferencias de prensa son menos informativas que emocionales. ¿Quién cambió ese estilo? ¿Fue el difunto Steve Jobs, de Apple? ¿Fue el próximo a jubilarse Steve Ballmer, de Microsoft? Ninguno de ellos acudió a la IFA, pero quizá crearon un estilo.

Hoy los periodistas nos dejamos llevar por la emoción, abrimos la boca al ver el último gadget, y relatamos tanto el decorado y las sensaciones (lean, si no, este mismo artículo) como el contenido. Si quieren un ejemplo extremo del ambiente que reina, este año el presidente de Monster, que se paseaba por el escenario sobre uno de esos vehículos de dos ruedas Segway, pedía un aplauso del público para cada producto que mostraba a los asistentes.

Aunque parece un estilo menos profesional, lo cierto es que hoy el mundo electro, y muy en particular la electrónica de consumo, es pura emoción, y el ambiente de festival que impera se muestra como muy apropiado para los modos actuales de consumo.

La IFA siempre tuvo un ingrediente de festival, y siempre ha contenido mucho negocio. Ahora, además, destila cada vez más emoción.

La última edición del encuentro internacional de referencia para la electrónica de consumo y los electrodomésticos, IFA, tuvo lugar este año del 6 al 11 de septiembre, en Berlín. 1.500 expositores llenaron de nuevo toda la superficie disponible, ocupando 145.000 m2. La disposición fue en algunos pabellones más densa, y el hecho de que LG Electronics decidiese reunir toda su oferta en un solo stand (antes tenía dos, uno para electrónica y otro para grandes electrodomésticos) fue recibido como un alivio, ya que así resultó posible acomodar mejor a los nuevos expositores.

En electrónica de consumo siguen estando todos los grandes. En línea blanca siguen faltando los que faltaban, a saber: Whirlpool (que no se incorporó en su momento, y ahora no dispone de superficie para hacerlo con la dignidad a la que aspira —quién sabe si lo hará el año próximo, cuando culmine la construcción de un nuevo pabellón en el recinto ferial—), y los fabricantes italianos, que el día en que la IFA se amplió a grandes electrodomésticos tomaron una decisión coordinada de no sumarse al proyecto.

Siete expositores españoles en catálogo, aunque fueron seis en realidad, ya que NPG Technology no acudió. Sí lo hicieron Vexia (del grupo Crambo, con cuyo nombre figuraba en catálogo), Vieta, i-Joy Europe International, Evolution Concept, y dos firmas de concepto diferente, Blue Sky Entertainment y Digital Online Business, que operan como «traders».

Éxito de público profesional, que es el que más interesa a la IFA. Aunque la feria es de carácter mixto y está abierta al gran público, y aunque los organizadores no reniegan en absoluto de esos visitantes que son consumidores de la zona (digamos «el gran Berlín», lo que incluye parte de Alemania y de Polonia, por razón de distancias, pues Berlín es una capital excéntrica en su territorio nacional), lo que de verdad pretende es consolidar y reforzar su papel de referente entre profesionales del sector.

De los 240.000 visitantes que acudieron a la IFA 2013, más de la mitad (más concretamente un 60%) fueron profesionales, 142.000 en números redondos, con un incremento del 1,4%; y 46.000 de ellos llegaron de fuera de Alemania (+2,2%), con lo que lentamente se eleva, también aquí, la internacionalidad del certamen.

Y, aunque a muchos de nosotros nos parece que en ferias ya no se hacen negocios cuantificables, sino que se establecen contactos, no obstante los organizadores siguen informando de cuantiosas operaciones en IFA. Este año se cerraron pedidos por valor de 4.000 millones de euros. Ignoramos si eso únicamente sucede con los compradores alemanes, pero somos testigos de que en las dos últimas jornadas del salón se vio por allí a numerosos compradores del comercio electro español.

Para la IFA hay otro signo en el que se reconoce el éxito de convocatoria del certamen, y es la asistencia de periodistas. Han sido este año 2.360, procedentes de todo el mundo. Acudieron para descubrir las tendencias imperantes en el sector, que a grandes rasgos pueden resumirse en televisores UHD (Ultra Alta Definición, o 4K), y televisores «smart», como realidad ya para esta campaña de ventas en curso; y pantallas de tecnología OLED y pantallas de diseño curvo (primicias en desarrollo, para temporadas próximas).

Un análisis más detallado podrá verse en la Revista 207 de Market Visión.

Y, como avance para quienes programan su agenda a largo plazo: la próxima convocatoria de la IFA, del 5 al 10 de septiembre de 2014.


[Publicado en MARKET VISION Suplemento 206 — ].

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