La industria de climatización nos ofrece equipos de aire acondicionado que mejoran el bienestar percibido, reducen los consumos, y disminuyen el efecto invernadero de los refrigerantes.
Lo hemos escrito hace muy poco y muchos de ustedes lo habrán leído, pero las semanas posteriores han venido a confirmar todo lo que decíamos. El artículo «Crece la conciencia de que el aire acondicionado es indispensable en el hogar» ponía de relieve la interiorización por parte de los ciudadanos de que los veranos serán más largos y más calurosos, fruto del cambio climático, y que una climatización adecuada en los hogares será crecientemente necesaria para el confort y bienestar de las personas.
También señalábamos que la industria de la climatización «se beneficia» del cambio climático pero no quiere contribuir a él. Y por esa razón lanza equipos cada vez más eficientes, y con nuevos gases refrigerantes respetuosos con el medio ambiente.
Se trata de que el aumento del uso de acondicionadores no implique también un mayor consumo global de energía sino, por el contrario, y a ser posible, una reducción del mismo, reduciendo la presión sobre las centrales eléctricas y, así, contribuyendo a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.
El uso de nuevos refrigerantes va en esa dirección, cambiando el foco de la preocupación medioambiental: la primera oleada de sustitución de gases, hace años, quiso acabar con los compuestos de flúor para evitar su supuesto impacto sobre la capa de ozono, pero entonces fueron reemplazados por gases que podían contribuir al efecto invernadero, cosa que ahora se pretende corregir. La Capa de Ozono es importante, y ya se ha hecho lo que se debía; ahora hay que evitar el recalentamiento del planeta.
Pocos días antes de cerrarse el contenido de este número de MARKET VISIÓN y llevarlo a imprenta, en la primera quincena de julio y hasta mediados de mes han abundado las noticias llamativas sobre el caluroso verano. Concretamente, justo se publican datos del jueves 13 de julio, en que se han batido récords históricos (desde que se anotan las mediciones, por supuesto), día en que varias estaciones meteorológicas españolas han superado los 45°C, sobresaliendo el dato registrado en el aeropuerto de Córdoba, de 46,9°C, y, como nota extraordinaria, la máxima de la población de Montoro en la misma provincia: 47,3°C. Como ocurre con los «milagros», que la Iglesia siempre investiga antes de declararlos como tales, en materia de meteorología suelen dejarse en barbecho las cifras antes de proclamar que sean récords absolutos, pero julio está siendo tórrido. El anterior récord en España se dio en 1995, cuando Córdoba y Sevilla alcanzaron los 46,6°.
No ha sido la primera ola de calor este año (ya las tuvimos en junio), ni se ha limitado a Andalucía. Sin alcanzar esas cifras tan altas, muchas otras localidades del país han pasado por la banda alta de los 30 grados, y no han sido las pocas que han rozado los 40.
En el mundo, según el Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la agencia espacial norteamericana (Nasa), junio ha sido el cuarto más caluroso en 137 años de registros modernos. Para los negacionistas del cambio climático, reconocer que ha habido tres meses de junio más cálidos puede ser un clavo ardiendo al que agarrarse. Lo superaron los meses de junio de 2016, 2015 y 1998. Pero existe una clara tendencia al calentamiento medio, muy perceptible en los últimos treinta años.
Si hablamos de récords, el 29 de julio se cree que se ha alcanzado en Irán el récord mundial de calor, con 53,7°C anotados en la localidad de Ahwaz.
Aire acondicionado: soluciones de confort y protección medioambiental.
Con un planeta recalentándose, la obligación de quienes producen equipos que consumen energía es velar por el respeto del medio ambiente y la conservación del planeta, y en esto los actores del sector de climatización desempeñan un papel visible.
Un ejemplo muy claro en España es el de Eurofred, que distribuye las marcas de aire acondicionado Fujitsu y Daitsu. Hemos venido informando de las iniciativas de la empresa en pro de la sostenibilidad, con la obtención de los sellos «Calculo» y «Compenso» del Ministerio de Medio Ambiente, que certifican a Eurofred como empresa que calcula la «huella de carbono» generada por la misma, que compensa mediante la reforestación de áreas de monte en zonas afectadas por incendios, contribuyendo con la masa vegetal a reducir el CO2 gracias a la fotosíntesis. La empresa está ahora en la tercera fase de su proyecto, «Reduzco», consistente en disminuir las emisiones relacionadas con su actividad.
Sin embargo, lo más importante en la actividad de las firmas de aire acondicionado es reducir la contribución al efecto invernadero de los equipos que venden y que se instalan en nuestros hogares (y en hoteles, oficinas y colectividades). Así, la industria está en plena mudanza hacia el gas refrigerante R-32, por el que algunas firmas, como Daikin, apostaron tempranamente, profundizando ahora con soluciones como el primer equipo con bomba de calor en el mercado residencial europeo con este refrigerante. El R-32 proporciona un rendimiento superior y menor impacto ambiental que el gas al que sucede, el r410A, reduciendo en un 86% el potencial de calentamiento global de estos equipos. Por otro lado, y tal como nos recuerda el fabricante de climatización Gree, por su eficiencia energética los equipos precisan un uso menor del gas, hasta un 30% inferior; además, se trata de un «gas puro, lo que facilita su reciclado y reutilización».
Otras innovaciones que ya hemos destacado en artículos anteriores producen un efecto combinado de mejora del bienestar y de menor consumo. Es el caso del acondicionador Nocria X de Fujitsu, que a una temperatura fijada de 26 grados proporciona una sensación térmica en el usuario similar a la otros equipos a 24, lo que comporta una reducción del consumo eléctrico en un 12%.
Por las fechas en que estamos, la inquietud principal del consumidor es cómo combatir el calor, así que se impone hablar de aire acondicionado más que de las virtudes de la bomba de calor, sobre las que será oportuno volver en el otoño. Sin embargo, la bomba de calor puede ser, particularmente en las áreas mediterráneas, una alternativa eficiente ante otros métodos de calefacción.
En esa misma línea, la aplicación de la bomba de calor a la obtención de agua caliente sanitaria y calefacción está clasificada como una solución de sostenibilidad, con la aerotermia reconocida como una energía renovable. Aunque va más allá del ámbito habitualmente considerado del sector de equipamiento doméstico y del aire acondicionado clásico residencial de consumo (ya que requiere instalaciones importantes, y su distribuidor suele ser un especialista en clima), no obstante es un indicador de la capacidad de los equipos de climatización para compaginar la entrega de bienestar y confort a los hogares con un esfuerzo de protección medioambiental.
Publicado en MARKET VISION - Revista Número 229
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