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La renovación del convenio laboral permanece estancada, y el comité de empresa ha optado por esta medida de presión.

En la planta de Teka en Zaragoza, productora de hornos, el comité de empresa viene negociando desde hace semanas la renovación del convenio colectivo trienal, que tendrá vigencia de 2024 a 2026. Los representantes laborales piden un incremento lineal de 4.500 euros, y un pago lineal no consolidable de 325 euros a la firma del convenio. Asimismo reclaman reducir la jornada en un día (siguiendo el ejemplo de lo pactado en el convenio provincial del Metal) y limitar la flexibilidad para que los empleados dispongan de mayor facilidad para la conciliación laboral-familiar (actualmente se aplica una flexibilidad de 12 días al alza y 12 a la baja, por año, que no caducan, por lo que se acumulan al año siguiente si no son utilizados).

Los representantes sindicales afirman que, incluso con los incrementos salariales que solicitan, están lejos de alcanzar lo que correspondería en el convenio del Metal. También piden otras cosas, algunas de las cuales ya han retirado de su plataforma de exigencias.

La empresa ofrece aumentar el salario en 3.067 euros, y no acepta ceder en el tema de la flexibilidad, sino que, por el contrario, pide que se añada la posibilidad de 5 días por causa de fuerza mayor, sin preaviso.

Hay otros asuntos menores, como la consideración del tiempo de bocadillo como tiempo efectivo de trabajo, que separan a las partes.

Después de ocho reuniones la negociación está bloqueada, y el comité de empresa ha convocado paros de hora y media por turno, comenzando en el noche del 22 al 23 de mayo, y para los tres turnos en las jornadas del 24, 27, 29 y 31 de mayo, y 3, 5, 7, 10 y 12 de junio.

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